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Historia de Atecyr

JUAN JOSÉ QUIXANO BURGOS

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Me siento frente a un papel en blanco para, atendiendo a la petición de ATECYR, describir aquellos pequeños y grandes momentos en los que se refleje el Atecyr que me recibió, el que viví y el que veo y quiero Para ello trataré de hacer un poco de historia y de reflejar no solo lo vivido si no también algo de lo sentido.

El ATECYR QUE ME RECIBIÓ, PERO QUE NO VIVÍ.

Creo que corría el año 1.983 Una vez creada la Agrupación de Aragón en la que me doy de alta como socio, empiezo a acudir a las reuniones del Consejo Rector, en representación de los presidentes de la Agrupación, Juan Vicente Martín Zorraquino y Antonio Sanz Miguel Era joven y debo reconocer que estaba muy despistado, no conocía ATECYR y me costaba llegar a entender de lo que se trataba en esa interminable mesa del Instituto Eduardo Torroja.

Tenía ilusión, quería aprender, quería compartir y tenía una profunda convicción en los valores de los movimientos asociativos que empezaban a desarrollarse en el segundo quinquenio de los 70 y el primero de los 80.

Pero cuando empecé a conocer la Asociación, a sentirme a gusto y a vivirla, las necesidades de mi empresa y la falta de tiempo me hicieron apartarme de otras responsabilidades que no fueran la propia empresa.

VIVIR CON ATECYR

Pasados unos años, ya en 2.002 atiendo la llamada de un recordado y buen amigo, Angel Gómez Heras; que me pide me presente a la presidencia de la Agrupación de ATECYR Aragón. Inicio un muy bonito periodo entre 2.002 y 2.006 en donde puedo rodearme de una magnifica junta directiva que impulsa un acelerado crecimiento en actividad y asociados, convirtiendo nuestras jornadas en casi una necesidad para todos los actores del sector.

Poco a poco voy conociendo mejor la Asociación e integrándome en los órganos de gobierno, primero a través del Consejo Rector y después en la Junta Directiva (COA en esos tiempos) A partir de ese momento asumo responsabilidades cada vez mayores, mi implicación y trabajo aumentan, pero sobre todo es más gratificante. ATECYR se convierte en algo realmente importante en mi vida. Asumo por dos veces 2.009 – 2.011 y 2.014 – 2.017, la presidencia de la Asociación

A nivel personal no estoy satisfecho de mi primer mandato, me faltó tiempo. Si lo estoy del segundo, ya había dejado las responsabilidades de m i empresa y pude dedicarle el tiempo que antes no había tenido y sentir que “me había quitado esa espinita.”

Tuve que tomar decisiones difíciles tanto en lo político como en lo económico y en lo social, pero siempre sentí el respaldo de los órganos de gobierno y del personal. Creo que en esos años, entre todos dimos un gran impulso al crecimiento y consolidación de ATECYR, sobre todo a partir de la decisión de profesionalizarnos (tomada por mi antecesor) e incorporar a la actual gerente Ana Magdaleno. Uno de nuestros mejores aciertos en lo profesional y en lo humano

Acabada las presidencias, y continuando con un trabajo ya iniciado me he convertido en el hombre de los números y de las hojas Excel. Nuestro avance en lo económico, en el orden, en la transparencia, en la exactitud, etc., creo ha sido notabilísimo y hubiera sido imposible sin la implicación y la fe de Ana y de Mamen.

Ahí sigo, con la impresión de haber sido tesorero durante demasiado tiempo, pues no siempre resulta fácil poner freno y orden al gasto o jugártela con la inversión y de paso convertirte en impopular.

A nivel personal, luego hablaré de lo emocional, quiero recordar mi nombramiento como socio de honor e insignia de oro en 2.019. Momento emocionante y lleno de detalles que se recordaré siempre.

También y aunque no creí merecerlo, me emociono, sin fiestas, sin discursos ni nada parecido, el reconocimiento como miembro de honor del Comité Técnico

EL ATECYR QUE VEO, EL ATECYR QUE VIVO HOY

El de hoy es un ATECYR tremendamente vivo, participativo, con ganas de crecer y de ser mejor, de dar más servicios, de seguir manteniendo sus valores: “compromiso, confianza, independencia, integridad, imparcialidad, rigurosidad”.

Sigue siendo para mí una ilusión compartida, y sus posibilidades de futuro son inmensas basadas en el factor humano que atesora.

EL ATECYR QUE QUIERO.

El ATECYR que quiero es el que ya dije quería en 2.019 es: ”Un ATECYR cargado de proyectos, de ilusiones, de trabajo bien hecho, de compañerismo, de solidaridad, de un servicio desinteresado al colectivo sin necesidad de encontrar el retorno de la inversión, respondiendo a las necesidades del sector, y contribuyendo, en fin, al desarrollo y mejora de nuestra sociedad.

Un ATECYR con el que todos nos podamos sentir identificados y orgullosos”

Seguro que ese será el ATECYR del futuro con el trabajo de todos

EL ATECYR EMOCIONAL.

A nivel personal y emocional he encontrado muchísimas cosas, trabajo desinteresado, compromiso, voluntad de servicio, etc., pero sobre todo a un grupo de personas excepcional, tremendamente heterogéneo, pero excepcional. Con ellos he trabado una amistad que es sin duda lo más importante de toda mi experiencia vital en ATECYR

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