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Políticas sobre refrigeración y sostenibilidad por Gabriel Barceló Rico-Avello

Gabriel Barceló Rico-Avello

Socio fundador y socio de honor de Atecyr

El sector de la producción del frio y de la climatización empieza a ser analizado con interés en las instituciones supranacionales. En los últimos años, diversas entidades iniciaron análisis y estudios en el ámbito de la sostenibilidad y del consumo eficiente de la energía, con el fin de intentar incidir en el cambio climático.

La pandemia ha paralizado relativamente estos trabajos y esfuerzos, pero existe una verdadera preocupación, que últimamente ha generado un interesante informe realizado conjuntamente por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Agencia Internacional de Energía (AIE), y denominado:Informe de Síntesis de Emisiones y Políticas de Enfriamiento [1].

Este informe se refiere ampliamente a otro anterior, de La Organización Mundial de la Salud, publicado en 2018, que estimaba que entre 2030 y 2050 el cambio climático podría provocar 38.000 muertes en todo el mundo, y según un estudio publicado [2] en Nature en 2017, el 74% de la población del mundo puede llegar a sufrir temperaturas letales, al menos 20 días al año. Por tanto, este nuevo informe, estima un creciente incremento de las necesidades de frio en el mundo, para satisfacer todo tipo de necesidades humanas, y muy especialmente la climatización, pero analiza cómo debería ser ese crecimiento para mantenernos en un marco de eficiencia energética y sostenibilidad.

El informe entendemos que es muy favorable para el sector, pero puede ser mal interpretado por informadores que no conozcan suficientemente la tecnología del frio, por lo que es recomendable que ATECYR, y el sector en general, estén al tanto de este debate, y si es posible, se intenten evitar interpretaciones torpes o conclusiones equivocadas, resultado de una previa desinformación.

Por razones de salud humana, para preservar los alimentos y medicinas, por ejemplo, e incluso, para la propia confortabilidad humana, el manifiesto da por supuesto la necesidad del frio y de la climatización en el desarrollo humano futuro, y ante ese marco, que interpreta inexorable, sugiere soluciones para paliar, en lo posible, los efectos adversos, sugiriendo especialmente, la mejora de la eficiencia energética de las maquinas utilizadas para producir frio, y otros equipos auxiliares necesarios.

El Programa de medio ambiente de la ONU emitió una Nota de Prensa el 17 de julio de 2020, en la que expresaba: Una acción internacional coordinada en materia de sistemas de enfriamiento (aires acondicionados y refrigeración) eficientes y respetuosos con el clima, podría evitar hasta 460.000 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero -aproximadamente el equivalente a ocho años de emisiones mundiales a niveles del 2018, en las próximas cuatro décadas, según un nuevo informe.

De acuerdo al mismo, se puede lograr una reducción de entre 210 y 460 mil millones de toneladas de emisiones equivalentes de dióxido de carbono (CO2) en las próximas cuatro décadas a través de acciones para mejorar la eficiencia energética de la industria de enfriamiento, junto con la transición a refrigerantes respetuosos con el clima.

El informe también indica que los países pueden institucionalizar muchas de estas acciones, integrándolas en la aplicación de la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal. Los signatarios de la Enmienda de Kigali [3] han acordado reducir la producción y el uso de gases refrigerantes que calientan el clima, conocidos como hidrofluorocarbonos (HFC), que tienen el potencial de evitar hasta 0,4°C de calentamiento global para el 2100, sólo con este paso.

Las naciones deben reducir considerablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero para estar en condiciones de limitar a 1,5°C el aumento de la temperatura mundial en este siglo. Esto es crítico para minimizar los desastrosos impactos del cambio climático. A medida que las naciones invierten en la recuperación del COVID-19, tienen la oportunidad de utilizar sus recursos de forma estratégica para reducir el cambio climático, proteger la naturaleza y reducir los riesgos de nuevas pandemias. Un enfriamiento eficiente y respetuoso con el clima puede ayudar a lograr todos estos objetivos”, declaró Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.

El informe destaca la importancia del enfriamiento para conservar comunidades sanas; vacunas y alimentos frescos; un suministro de energía estable y economías productivas. La naturaleza esencial de los servicios de refrigeración se ve subrayada por la pandemia de COVID-19, ya que las vacunas, sensibles a la temperatura, requerirán un rápido despliegue en todo el mundo; los confinamientos que obligan a las personas a permanecer en sus casas durante largos períodos de tiempo, son un problema de salud en muchos países cálidos.

Sin embargo, la creciente demanda de refrigeración está contribuyendo significativamente al cambio climático. Esto es el resultado de las emisiones de HFC, CO2 y hollin provenientes de la energía, principalmente generada a base de combustibles fósiles que alimenta los aires acondicionados y otros equipos de refrigeración. (…)

Se estima que hay 3.600 millones de equipos de refrigeración en uso en todo el mundo. El informe indica que, si se proporciona refrigeración a todos los que la necesitan, y no sólo a los que pueden permitírsela, se necesitarían hasta 14.000 millones de aparatos de refrigeración para el 2050.

La AIE estima que la duplicación de la eficiencia energética del aire acondicionado para 2050 reduciría la necesidad de disponer de 1.300 gigawatts de capacidad de generación eléctrica adicional para satisfacer la demanda máxima, esto es equivalente a toda la capacidad de generación de energía a partir de carbón en China e India en el 2018. Globalmente, esta duplicación de la eficiencia energética de los acondicionadores de aire podría ahorrar hasta 2,9 billones de dólares estadounidenses para el 2050, sólo considerando la reducción de los costos de generación, transmisión y distribución de electricidad.

El informe se refiere reiteradamente al Protocolo de Montreal, que ha sido suscrito plenamente por Europa y otros países, desarrollando políticas de transición a refrigerantes respetuosos con el clima. Son los grandes consumidores de frio: China, India y EE.UU., quienes no lo han respetado, y a los que van dirigidas las recomendaciones sobre las emisiones de HFC. No obstante, las sugerencias sobre la mejora de la eficiencia energética del sector, se deben considerar que afectan a todos los países, y aportarían muchos otros beneficios:

El informe propone opciones de políticas disponibles, que pueden hacer que el enfriamiento, forme parte de las soluciones climáticas y de desarrollo sostenible, por ejemplo

Este informe hace destacar la importancia del frio y de la climatización en la actual sociedad humana, y nos sugiere su posible evolución, con un constante control desde las instituciones, para exigir una mayor calidad y eficiencia energética. También propone un crecimiento constante del sector, a nivel mundial, siempre en el ámbito del respeto al medio ambiente y al cambio climático.

Atecyr ha realizado un importante esfuerzo ante la pandemia, con oportunas publicaciones y recomendaciones de diseño y mantenimiento de las instalaciones de climatización. Los recursos son siempre escasos, pero la gestión realizada, en tan corto espacio de tiempo ante el COVID-19, debe ser reconocida. Con tiempo suficiente, este nuevo documento de PNUMA y la AIE, debería ser estudiado a fondo, para generar un debate en el seno de las entidades e instituciones del sector. En posteriores textos deseamos participar en ese debate, refiriéndonos más ampliamente a este informe, y a otras organizaciones internacionales que han expresado su preocupación por el futuro del sector del frio y de la climatización.